La Industria Química es uno de los sectores estratégicos de la economía española, tanto por su peso en la generación de riqueza y empleo de calidad, como por su carácter exportador y su inversión firme en investigación, desarrollo tecnológico e Innovación.
Esto es un hecho, pues así lo avalan las cifras de cierre del último año, fruto del trabajo y el esfuerzo realizado por el sector en su conjunto. En 2018 la industria química ha superado los 65.600 millones de euros en cifra de negocios, un 4% más que en 2017, y sus 3.300 empresas generan hoy el 13,4% del producto industrial bruto. Lo que representa, a su vez, el 5,8% del PIB Nacional, contabilizando sus efectos indirectos e inducidos.
Desde 2014, el sector químico ha ido batiendo sus propios récords en facturación, hasta llegar en los últimos cinco años a acumular un crecimiento del 19%, que asciende al 32% si se calcula desde 2007, año anterior a la crisis.
Integrado por las actividades químicas y farmaquímicas, el sector es esencial para una economía avanzada como es la española, teniendo en cuenta que no solo aporta valor económico, sino también social. En España genera 670.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos, lo que representa el 3,5% de la población activa ocupada. Se trata además de empleo estable, ya que el 93% de empleos directos con de carácter indefinido, y de calidad (el sueldo medio del sector supera los 38.600 euros/año).
Es verdad que en el ámbito global existen numerosos desafíos que van a condicionar el futuro, no sólo del sector, sino de la economía en su conjunto. La desaceleración global -que parece apuntar especialmente a Europa-, creciente inestabilidad en los precios de las materias primas, el Brexit, la guerra comercial de EEUU y China, las presiones regulatorias o los retos de la descarbonización y la economía circular… Pero no es menos cierto, que el sector químico se ha mostrado siempre dinámico en la respuesta ante los retos.
En concreto, confiamos en que la economía española siga creciendo todavía a un ritmo destacable respecto a los países de su entorno. Algo que de hecho ya está ocurriendo en el ámbito exclusivo de la industria química, porque en 2018, hemos sido el país europeo donde mayor crecimiento ha experimentado la producción en volumen (+1,5%) frente a la negativa evolución del conjunto de la UE (-0,7%) y particularmente de Alemania u Francia, que registraron descensos superiores a los 2 puntos porcentuales.
Según los resultados de diferentes estudios de prospección económica, el químico es el sector con mayores expectativas de crecimiento global, previendo que se duplique su dimensión productiva de aquí a 2030. Este dato nos da que pensar. Lo estamos haciendo bien pero, es cierto, que no nos podemos fiar de este contexto favorable y tenemos que seguir evolucionando y avanzando hacia la mejora de la competitividad y la capacidad para atraer inversión extranjera.
Esto es algo que no podemos hacer solos y, por ello, hemos presentado 37 Medidas de Legislatura enfocadas a alentar a los poderes públicos a configurar un entorno legislativo que ponga el foco en favorecer las condiciones de competitividad para las actividades industriales en su conjunto y del sector químico en particular.
Uno de los objetivos es establecer un sistema de gobernanza que permita la coordinación completa y que mire a largo plazo, con una política industrial que concentre las múltiples áreas de actuación sobre las que el Ministerio de Industria pudiera tener plenas competencias. Otra medida es establecer un sistema de compensaciones efectiva, en cuanto al coste eléctrico para empresas electrointensivas, con una visión global y con rango de Ley, pues existen diversas posibilidades para compensar el letargo competitivo de España frente a otros países que ya cuentan con legislación firme sobre este tema. Y, lo mismo pasa con otra petición recurrente del sector, sobre la necesidad de implementar redes cerradas de distribución eléctrica, medida que incrementaría la competitividad de la industria y atraería la inversión de capital extranjero de carácter productivo.
Por todo esto seguiremos luchando, conscientes de la alta capacidad económica y social del sector, porque estamos preparados para dar respuesta a los desafíos que se nos pongan por delante siempre y cuando nos desenvolvamos en el contexto adecuado para ello.
Carles Navarro
Presidente de Feique